Honrar el amor es honrar la vida
Honrar el amor es honrar la vida. Esta frase ha estado en mi mente durante mucho tiempo y admito que me encanta repetírmela. Además, me invita a preguntarme: ¿qué significa honrar el amor para mí?
Después de mucho reflexionar, he llegado a algunas conclusiones:
Honrar el amor para mí es conectar con mi corazón, y con todo eso que me moviliza.
Es bailar sola en casa, dejándome llevar por la música y conectar con otras personas que lo disfrutan tanto como yo.
Es disfrutar de la compañía de Havannita, pasando largos ratos mirándonos, de esa forma que solo ella y yo entendemos.
Es reunirme con mis amigas para tomar un café y charlar, mi terapia favorita. Y las noches de películas que me traen la misma sensación de ligereza que cuando era niña y me quedaba en casa de mi tía o abuela.
Honrar el amor es para mí conectar con mi sensibilidad, escribir desde el alma y animarme a compartirlo.
Es atreverme a ir más allá, dar forma a esos proyectos que me ilusionan y encienden el alma de solo pensar en ellos.
Es regalar un postre, abrazar a quien lo necesita y permitirme ser abrazada cuando lo necesito.
Es disfrutar de mis momentos de soledad, pasear por Buenos Aires, e ir al concierto de esa artista que tanto me gusta. Y también, permitirme conectar más profundamente con los demás, expresando todo el amor que llevo dentro.
Es honrar esos vínculos donde puedo ser, amigos y familia que me hacen la vida mucha más liviana.
Honrar el amor es sostener y ser sostenida.
Es decir no cuando lo siento necesario, saber irme de donde ya no pertenezco, es decirme sí a mí misma.
Es tener esas conversaciones incómodas, pero necesarias y transformadoras.
Honrar el amor es saludar un perrito en la calle, es tomarme el tiempo para guiar a alguien que está perdido.
Es asistir a ese evento que para mi amiga es súper importante, es celebrar que consiguió un nuevo trabajo o que se muda sola como siempre quiso.
Es llamarla a mi abuela y que me cuente que soñó conmigo de vuelta, es llorar a través de una videollamada porque una de mis primas está embarazada y yo muero por estar ahí abrazándola, como también celebrar que las otras dos están enamoradas.
Honrar el amor es honrar a mi niña interior, esa parte de mí que ríe a carcajadas, entiende la vida como un juego y conecta con el disfrute.
Es aceptar y honrar las partes de mí que no son perfectas, las que en ocasiones me avergüenzan, me llenan de miedo o ansiedad.
Es honrar la enfermedad, que me enseña a escuchar mi cuerpo, cuidarlo y saber cuándo necesito parar y descansar.
Es honrar mi pasado y mis heridas, porque me han llevado a querer sanar y a comprender lo que hoy no me permito.
Hoy honro a cada una de mis versiones, porque honrarme a mí misma es honrar al amor, y en definitiva, honrar el amor es honrar la vida.
.
Comentarios
Publicar un comentario